Los cerdos tienen un campo de visión panorámico de aproximadamente 330°, lo que les proporciona una excelente percepción de su entorno. Dependen en gran medida de la visión monocular (un ojo a la vez), que les ayuda a detectar movimiento y posibles amenazas. Sin embargo, su visión binocular es limitada, lo que significa que no pueden percibir la profundidad ni calcular las distancias con la misma precisión que los humanos.

Esta limitación visual tiene implicaciones prácticas en el diseño del granero y la ubicación de la iluminación:

La iluminación uniforme en pasillos y corrales ayuda a los cerdos a navegar con seguridad.

Evitar el deslumbramiento o los cambios bruscos de brillo previene respuestas de miedo o vacilación durante el movimiento.

Una buena iluminación mejora no sólo el bienestar sino también la eficiencia del manejo y la seguridad de los animales.

El espectro de luz visible (la porción de radiación electromagnética que se percibe como luz) varía entre especies. Mientras que los humanos percibimos longitudes de onda de entre 380 nm y 780 nm, el rango visible de los cerdos es más estrecho, de aproximadamente 380 a 694 nm, con sensibilidades máximas en 439 nm (azul) y 556 nm (verde).

Esto significa que los cerdos son menos sensibles a la luz roja y responden mejor a las longitudes de onda azul-verde. La iluminación que tiene esto en cuenta puede favorecer mejor los ritmos biológicos y el comportamiento natural de los cerdos.

Tipos de sensibilidad espectral:

1. Sensibilidad a los conos: Determinada por los tipos de conos y bastones en la retina. Los cerdos son dicromáticos, lo que significa que tienen dos tipos de receptores de color.

2. Sensibilidad conductual: se relaciona con cómo los cerdos responden a la luz en su entorno, más relevante para el bienestar y la productividad.

3. Las investigaciones muestran que el espectro de luz, la intensidad y el fotoperíodo interactúan para influir en la regulación hormonal, particularmente la melatonina y las hormonas reproductivas, que a su vez afectan la tasa de crecimiento, la fertilidad y los niveles de estrés.

Adaptar la luz a las necesidades visuales y conductuales de los cerdos ofrece múltiples beneficios mensurables:

Visión y conciencia espacial mejoradas: los cerdos se mueven con más confianza, lo que reduce las caídas y las lesiones.

Rendimiento reproductivo mejorado: la exposición adecuada a la luz favorece la detección del estro y la fertilidad en las cerdas.

Mejor comportamiento alimentario: los cerdos en condiciones de luz estables muestran un mayor consumo de alimento y mejores tasas de crecimiento.

Estrés y agresión reducidos: manadas más tranquilas con menos peleas o exhibiciones de dominio.

Función inmunológica más fuerte: un ritmo circadiano constante contribuye a la resiliencia general.

La iluminación no debe considerarse como mera visibilidad: es una herramienta de control biológico que influye directamente en el bienestar animal y en la economía de la granja.